viernes, 29 de octubre de 2010

EL MODELO INTERNET

La arquitectura TCP/IP, y en definitiva el marco de INTERNET, está definida por el IETF basándose en la red ARPAnet y el modelo DoD (Department of Defense). Dicha arquitectura es anterior al modelo OSI.

El modelo de internet tiene las capas:
  • Acceso a la red: Realiza el intercambio de datos entre un host y la red, y entre los dispositivos de la misma red, haciendo uso de las direcciones físicas de los equipos implicados. Su adaptación a las normas de red existentes incluye la conmutación de circuitos (X.21), conmutación de paquetes (X.25), Ethernet, IEEE 802.x, ATM y Frame Relay.
  • Interred: Similar a la capa de red de OSI, realizando el encaminamiento de mensajes a través de las diferentes redes. Hace uso de encaminadores denomidados “gateways”, e implementa un sistema de direcciones lógicas denominadas direcciones IP, relacionadas con las direcciones físicas mediante el protocolo de resolución de direcciones (ARP).
  • Host a Host: Es similar a la capa de Transporte OSI, manteniendo la integridad de los datos punto a punto. Hace uso de los protocolos de control de transmisión (TCP) y de datagramas de usuario (UDP).
  • Proceso/Aplicación: Abarca las capas de sesión, presentación y aplicación, por lo que lo componen gran número de protocolos diferentes: FTP, Telnet, SMTP, SNMP, NFS, etc.

GLOBALIZACION

La globalización ha intensificado el intercambio desigual de flujos comunicacionales pero, ha abierto nuevas opciones para superar la pasividad que ha definido a los llamados países periféricos en materia de mensajes culturales. Los públicos de las industrias culturales más poderosas se han extendido o, dicho de otra manera, la habilidad y capacidad propagadoras de los consorcios mediáticos se han multiplicado gracias a las nuevas tecnologías de la información.

En Internet entre otras formas de intercambio surgen nuevos modos de solidaridad, desde las cadenas de mensajes hasta la coordinación de protestas o adhesiones respecto de las más diversas causas. Y también aparecen nuevas formas de aislamiento, tanto entre las personas como entre las naciones. En internet se difuminan las fronteras convencionales. La frontera más importante que se da en el mundo real, no en el digital, es la ya señalada desigualdad en el acceso a los recursos informáticos. El uso de internet se esta extendiendo con gran rapidez por todo el mundo.

VIVIR EN SOCIEDAD

Vivir en la sociedad de la información, conlleva tener una gran cantidad de datos, de una gran diversidad. Lo tenemos por todos los sitios, y todo el tiempo en nuestra vida diaria. Nos permite comunicarnos con cualquier persona de cualquier parte del mundo y esto se consigue instantáneamente. Al contenido que accedemos podría provenir de cualquier parte del mundo, pero la mayor parte viene de Estados Unidos. Internet permite no solo consumir la información que tiene, sino también nos permite proporcionar nosotros información para el resto del mundo.

Esta abundancia de contenidos y su intercambio puede verse como un remedio para la humanidad, sin embargo, está produciendo mas desigualdad, entre los países menos desarrollados y incluso zonas de la población de estos países que están marginados, es lo que se conoce como "BRECHA DIGITAL".

Pero esta gran cantidad de información, puede producir también desorientación, al tener tanto donde elegir. Se necesitan aprendizajes específicos para elegir entre lo que es útil y lo que podemos prescindir. Pero también hay, una gran cantidad de contenidos comerciales, que son propagados por grandes consorcios mediáticos, con lo que están incentivando el consumo sobre la creatividad y el intercambio mercantil sea más frecuente que el intercambio de conocimientos.

La Sociedad de la Información es expresión de las realidades y capacidades de los medios de comunicación más nuevos, o renovados merced a los desarrollos tecnológicos. La digitalización de la información es el sustento de la nueva revolución informática. Su expresión hasta ahora más compleja, aunque sin duda seguirá desarrollándose para quizá asumir nuevos formatos en el mediano plazo, es la Internet.

LENGUAJES DE MARCADO

Un lenguaje de marcado o lenguaje de marcas es una forma de codificar un documento que, junto con el texto, incorpora etiquetas o marcas que contienen información adicional acerca de la estructura del texto o su presentación. El lenguaje de marcas más extendido es el HTML. El lenguaje de marcado no tiene funciones aritméticas o variables, como las poseen los lenguajes de programación. Hay 3 tipos de marcados:

El marcado de presentación es aquel que indica el formato del texto. Se utiliza para maquetar la presentación de un documento para su lectura, pero resulta insuficiente para el procesamiento automático de la información.

El marcado de procedimientos está enfocado hacia la presentación del texto, sin embargo, también es visible para el usuario que edita el texto. El programa que representa el documento debe interpretar el código en el mismo orden en que aparece. Algunos ejemplos son nroff, troff, TeX y PostScript.

El marcado descriptivo o semántico utiliza etiquetas para describir los fragmentos de texto, pero sin especificar cómo deben ser representados, o en que orden. Los fragmentos de texto se etiquetan tal como son, y no tal como deben aparecer. Simplifica la tarea de reformatear un texto, debido a que la información del formato está separada del propio contenido.

Está evolucionando hacia el marcado genérico. Los nuevos sistemas de marcado descriptivo estructuran los documentos en árbol, con la posibilidad de añadir referencias cruzadas. Esto permite tratarlos como bases de datos, en las que el propio almacenamiento tiene en cuenta la estructura, no como en los grandes objetos binarios (blobs) como en el pasado. Estos sistemas no tienen un esquema estricto como las bases relacionales, por lo que a menudo se las considera bases semiestructuradas. Algunos ejemplos son SGML y el XML.

LAS TIC EN LA EDUCACIÓN

Las TIC, ha cambiado el mundo radicalmente en muchos aspectos. En la educación está influyendo radicalmente en el concepto y la forma de los estudios. En ese orden de ideas, ya hay muchas universidades que están empezando a actualizarse, obligadas por la globalización.

En la educación se ha incorporado ampliamente el uso de las TIC; esta es una de las áreas de actividad del sujeto que resultan de mayor impacto para la formación de su personalidad, por cuanto es ese el objeto mismo de la educación. Por tanto, de la forma como se usen las TIC en esta área dependerá, en buena medida, no sólo las habilidades que las personas adquieran para la interacción con estos medios, sino la idea que se formen de qué son, cuál es su alcance, y cómo deben utilizarse, así como la influencia en el desarrollo armónico o no de la personalidad.

La educación actual permite formarse mas rápidamente y con mayor cantidad de contenidos, gracias a los avances que permite internet, videoconferencia, mensajes, gran documentación sobre cualquier materia y en la mayoría de los casos gratis. Aunque las TIC tienen muchas ventajas, y fomentan la igualdad, sí es cierto que hay grandes empresas y organismos que las están utilizando para manipularnos. Y también, pueden provocar, entre personas que pasan mucho tiempo utilizándolas se pueden ver inmersos en un mundo que, aunque beneficia siempre en su justa medida, puede ser un grave peligro si se hace un mal uso. En este sentido, el problema de estas personas no es la mera utilización de dichas herramientas, sino la utilización desmedida y excesiva de las mismas, que puede dar lugar a disfuncionalidades en la vida personal y familiar de los usuarios.

Las TIC, obligan a que los usuarios tengan unos conocimientos mínimos para no quedarse descolgados en la nueva sociedad, en la necesidad de que los gobiernos se impliquen en facilitar estos conocimientos, también las características que tiene que tener la nueva formación utilizando las TIC, y el cambio y nuevos conocimientos que tienen que tener estos nuevos formadores, realizando una formación continua.

USUARIOS DE INTERNET EN EL MUNDO

Cada vez hay más gente conectada a la red de redes. Pero incluso en casi todos los países de mayor desarrollo informático, los ciudadanos que no tienen acceso a ese servicio siguen siendo mayoría. A la desigualdad en el acceso a la Sociedad de Información y específicamente a la Internet, ahora se le denomina la brecha digital.


Hay un porcentaje de personas tiene la mejor información tecnológica que la sociedad puede ofrecer. Tienen las más poderosas computadoras, el mejor servicio telefónico y el más veloz servicio de Internet, de la misma manera que cuentan con riqueza de contenidos y capacitación aventajada en sus vidas. Pero, hay otras personas que por una u otra razón no tienen acceso a las más nuevas o mejores computadoras, incluso en las grandes ciudades hay zonas marginadas.


Las sociedades de la información se caracterizan por basarse en el conocimiento y en los esfuerzos por convertir la información en conocimiento. Cuanto mayor es la cantidad de información generada por una sociedad, mayor es la necesidad de convertirla en conocimiento.


Es preciso desplegar tarea en la cobertura de las redes informáticas, y de capacitación de los ciudadanos para aprovecharlas.


Estamos viviendo un período histórico de cambio tecnológico, el más diferente y rápido hasta ahora. Alberga un inmenso potencial para la creación de riqueza, elevar el nivel de vida y mejorar los servicios. Nos proporcionan instrumentos y servicios útiles para nuestra vida diaria.


Pero, la rapidez con que se introducen varia entre países, regiones, etc. Y el ciudadano se plantea preguntas como:
  • ¿no destruirán estas tecnologías más empleos de los que crean?
  • ¿no harán aumentar los desequilibrios entre las zonas industrializadas y las menos desarrolladas, entre los jóvenes y los viejos, entre los que están enterados y aquellos que no lo están?
Para dar respuesta a estas preocupaciones necesitamos unas políticas públicas capaces de ayudarnos a sacar fruto del progreso tecnológico y de asegurar el acceso equitativo a la sociedad de la información.


Sólo con políticas estatales la información será un bien de la sociedad y no simplemente la nueva riqueza para quienes ya son privilegiados en otros ámbitos.

MUNDIALIZACIÓN Y UNIFORMIDAD: NUEVOS CENTROS Y PERIFERIAS

Hasta hace poco las fronteras entre la dimensión local y la dimensión planetaria y entre la periferia y el centro estaban bien definidas.

Los productos de las industrias culturales más extendidas pueden ser consumidos en prácticamente cualquier rincón del planeta. Pero los flujos de la comunicación siguen siendo unilaterales. Cada vez tenemos acceso a más información pero el apabullante caudal de datos que recibimos todo el tiempo no necesariamente nos permite entender mejor lo que ocurre en nuestro entorno inmediato y en el planeta ni comprendernos mejor a nosotros mismos.

Una de las consecuencias apreciables de la globalización, es la capacidad de esas industrias mediáticas para uniformar, al menos en algunos casos, los gustos culturales de sociedades muy diversas. En todo el mundo vemos las mismas películas y en ocasiones también los mismos programas de televisión. Pero las naciones con tradiciones e instituciones culturales de mayor densidad cuentan con experiencia, contexto y voluntad para equilibrar con productos propios los bienes mediáticos transnacionales.

El sentido común y la constatación de idiosincrasias que se mantienen nos permiten reconocer que a pesar de mirar y sufrir los mismos mensajes, nuestras sociedades siguen estando definidas por sus peculiaridades nacionales y culturales.

La velocidad e incluso la inmediatez de las comunicaciones junto con la creciente intensidad de los flujos migratorios están contribuyendo a disolver las fronteras nacionales, al menos con los rasgos que hasta ahora se les han conocido.
Pero paradójicamente las fronteras creadas por la disparidad económica, lejos de suavizarse, en ocasiones se vuelven más ásperas debido al desigual acceso a los recursos mediáticos y tecnológicos.

La relación hasta ahora conocida entre "centro" y "periferia" se trastorna radicalmente entre quienes en sitios distintos comparten el uso e incluso el consumo de modernos recursos mediáticos y entre algunos pocos ciudadanos con posibilidades de acceso a esos bienes culturales y muchos más que no tienen y quizá jamás tendrán oportunidades semejantes.